El rápido agotamiento de la primera edición de esta obra, por más que fue numerosa, ha probado claramente que su publicación fue oportuna y que correspondía a una verdadera necesidad, como muchísimas personas me lo han manifestado. No ha faltado quien, después de leerlo, haya cambiado la resolución que tenía de hacerse masón. Muchos son los que me han agradecido el haberles abierto los ojos sobre una institución que se les había recomendado, y muchos más los que me han felicitado por haber descorrido ante el público el velo de una asociación temida por sus secretos y sus manejos. Entre ellos ha habido personalidades de las más encumbradas del país. Me han confirmado en la esperanza que tuve de hacer algún bien con esta publicación, las cartas recibidas de gran parte de los Rdmos. Sres. Arzobispos y Obispos de la América Latina y aun de Filipinas, en las cuales, no sólo con frases de cumplimiento, sino con expresiones francas y efusivas, me han felicitado y muchos me han pedido ejemplares del librito, a pesar de su modesta presentación. Entre estas felicitaciones dejo constancia, con reconocimiento, de las enviadas por los dos únicos Emmos. Cardenales a quienes se envió el opúsculo, SS. EE. el Cardenal Benlloch y el Cardenal Billot. He introducido en esta segunda edición algunas mejo ras y agregados. He arreglado en el índice la división, modificando en parte los títulos de los párrafos, ajustándolos mejor al orden del librito, y he hecho una o dos correcciones indispensables. El estudio que he procurado seguir haciendo de la Masonería, me ha ido confirmando más y más en lo expuesto en la primera edición. Igual efecto han tenido algunas conversaciones que he tenido con masones. Muchas personas al felicitarme por la obrita, han querido confirmar también algunos juicios ahí escritos, con hechos concretos, que no daré al público por vivir aun los hermanos masones que en ellos han intervenido y no pertenecer propiamente a la historia, si bien se podrían exponer por ser hechos públicos o notorios, al menos con notoriedad de derecho. Es preferible que cada lector haga por sí mismo la comprobación, observando los hechos y personas que tenga a su vista, sin olvidar jamás lo que tantas veces repito, a saber: que en la Masonería hay personas serias y sinceras que no conocen ni sus fines ni sus obras y que no obran bajo la influencia del espíritu o de las doctrinas masónicas. La Masonería ha juzgado también mi librito y los hermanos.·. repiten ese juicio, que se ha publicado en su Revista. Según los hermanos yo ―he colectado todo el cieno de la cloaca antimasónica, y con citas truncas o apócrifascon repetición de conceptos de cuatro despechados o ruines asalariados que el clericalismo ha tenido para su uso uso y sabor, pretendo desvirtuar la santa obra del amor al prójimo que la Masonería siembra por doquier‖ Rev. Masónica de Chile. Marzo, 1924, pág. 130. En seguida, agrega la citada Revista que, valiéndome de la liberación de franqueo de que gozan las dignidades eclesiásticas, el folleto se ha distribuido libre de porte, profusamente por todo el país. Mi respuesta será breve: En primer lugar, el librito fue editado en Santiago y distribuido desde allí por la Sociedad de la Buena Prensa, que no es ‘dignidad eclesiástica ni tiene liberación de franqueo. Los ejemplares que se me enviaron a Iquique, venían con Sus respectivas estampillas de franqueo. En segundo lugar, si no he citado íntegramente todos los testimonios que he tenido a la vista, ha sido por no engrosar extraordinariamente el opúsculo y por no hacerlo salir de mi propósito, y a pesar mío; pero siempre he señalado la fuente de mis citas con toda precisión, al revés de las publicaciones masónicas, que casi nunca lo hacen.

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